martes, abril 09, 2013

SALÓN DEL CÓMIC DE BARCELONA

Hace más de veinte años (1992) fui por primera vez al Salón Internacional del Cómic de Barcelona, que se hacía entonces en el mercado del Born, un lugar entrañable y lleno de afición sosegada y adulta por los tebeos, (aún no existía el cosplay) donde hice mi primer contacto con el mundo del cómic profesional, y empecé a desear formar parte de él. Allí conocí en persona a señores del tebeo nacional como Bernet o Abulí, descubrí una red inmensa de aficionados que confluían año tras año en aquel recinto maravilloso para encontrarse, charlar de cómics, comprar novedades y antigüedades, enseñar sus trabajos en enormes carpetas,(yo tenía la mía llena de tonteras) visitar tiendas especializadas, los stands de firmas con autores de los que antes tan sólo conocías su trazo y al fin les ponías cara. Desde entonces he visitado el Salón de Barcelona varias veces más, he perdido la cuenta, tal vez en cinco o seis ocasiones (los años 90 los recuerdo a cañas y copas, están un poco nebulosos), la mayoría de ellas en aquél sitio estupendo que fue la Estación de Francia, un lugar abierto, iluminado, aireado y sin tanto ruido como en el recinto actual, ese ensordecedor y frío asador de pollos disfrazados en que se convirtió el Ficomic al pasarse a la Feria de muestras de plaza de España. Ahora vuelvo a Barcelona, después de la increíble experiencia de publicar La huella de Lorca y sentarme a firmar junto a los grandes en el stand de Norma Editorial hace dos años, para visitar a algunos colegas, ver la exposición de cuadernos de viaje en la que participa mi amigo Joaquín López Cruces, charlar con los señores de Norma y en fin, hablar de trabajo y de futuro, puede que tal vez no tanto de cómic o tebeos, o tebeocomics o novela gráficaaaaarrrhhggg... porque sinceramente, me estoy quitando...